Nuestra libertad termina donde comienza la de los demás.

Según el maestro de ética periodística Javier Darío Restrepo,
libertad “es decir o escribir lo que se debe publicar, no lo que a uno le dé la gana de difundir”. 

Te invito a que te preguntes:

¿Estás dispuesto a recibir una acusación sin fundamento? o ¿Te gustaría que se haga pública tu intimidad? y.. ¿Quieres que el grupo al que perteneces, étnico, profesional, social… sea víctima de un prejuicio? ¿Quieres ser injuriado en nombre de la libertad de expresión?

Ahí se aplica la regla de la empatía: “¿me gustaría que hagan eso conmigo?”.

''En otras palabras, todos tenemos derechos, pero también todos tenemos obligaciones para los demás. No es necesario caminar con la Constitución bajo el brazo para saber si estamos violentando el derecho de una persona o no cuando emitimos una opinión. Simplemente tengamos presente que el límite de la libertad de expresión es la dignidad inherente que tienen todas las personas, que todo derecho tiene su límite o todo derecho termina donde empieza el derecho de los otros. Que cuando la opinión de una persona afecta nuestra forma de pensar, tenemos derecho de atacar esa opinión, no hacia la persona que la expresó, ya que esa persona también tiene derecho a expresarla. Entonces, la libertad que nos proporcionan las redes sociales para expresarnos, si tiene límites, y se traducen en responsabilidad por lo que decimos y respeto hacia los demás, respetando su dignidad para conservar la paz común.

Por ello cada vez que vemos cosas en las redes sociales que se pueden salir de contexto, debemos pensar en la peligrosidad que corremos cuando no tomamos conciencia sobre las cosas. Y es que, muchas veces ''borrar algo de internet'' es casi imposible.'' - MSc. Tania V. Chavarría-West (El Nuevo Diario)

TU MARCA LA CONSTRUYES TÚ MISMO, 

SI NO QUIERES SER JUZGADO O QUE TE JUZGUEN, HAZ BUEN USO DE LAS REDES SOCIALES Y NO OLVIDES JAMÁS QUE, NUESTRA LIBERTAD TERMINA DONDE COMIENZA LA DE LOS DEMÁS.